Puentes
Mi cabeza huye del presente
construyendo puentes. Un gesto observado, un sencillo cruzar de
piernas en el metro, una mujer apartándose un mechón de pelo del
rostro, y mi cabeza, enlaza ese detalle levantando un nuevo puente de
recuerdos hacia ti.
Estos puentes van acumulándose como manzanas frescas sobre el
platillo de la romana del frutero. Ademanes,
ínfimos detalles, olores, inclinan la aguja de la balanza hasta
colocarla certera sobre cifra justa. El número formado por nueve
dígitos azarosos que no lo son tanto, pues componen tu número de
teléfono. Ese mismo que desde hace días no paro de marcar sin que
tú atiendas mis llamadas, porque no sabes (aunque quizás sí) que
el fiel de la balanza de mi deseo está irremediablemente inclinado a
tu lado y que paso las horas trazando puentes que, inevitablemente,
llevan a ti. Descuelga, por favor, ¡atiéndeme!, que ya no tengo
fuerzas para levantar más puentes.
©Mikel
Aboitiz
Me gustó mucho el relato.
ResponderEliminarMe quedo un poco más por este lugar al que llegue gracias a Iñaki (giltzero)
Gracias, Ladrón. Gracias, Giltzero. Siéntete como en casa. Me encanta que me visites
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